Las monitoras de comedor nos encontramos trabajando en un sector que se llena la boca solicitando debates, pactos educativos y consensos varios; sin embargo, y a la vista de los hechos, podemos constatar que somos invisibles, puesto que ni siquiera se nos tiene en cuenta a la hora de recabar nuestra opinión en cuestiones que afectan a nuestras condiciones laborales.
En concreto nos referimos a esa política de hechos consumados que se nos aplica a la hora de recortarnos jornada laboral, aspecto éste en el que tiene derecho a opinar cualquier estamento educativo menos nosotras.
Actualmente ya hay quien no tan sólo plantea el recorte del tiempo intersesiones, sino, incluso, hay quien aboga por la eliminación del mismo mediante la jornada continua. Y, nosotras, mujeres sobre las que descansan aspectos educativos de importancia incuestionable (ver entrada 1 acerca de nuestras funciones) no tenemos derecho ni a abrir la boca. Sin comentarios ...
Dibujo tomado de www.ideariodeunanuevaescuela.com
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