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sábado, 14 de septiembre de 2013

El Gobierno de Aragón y los comedores escolares

Adolfo Barrena. Portavoz educación IU en las Cortes de Aragón.
Artículo publicado en Diario del AltoAragón.- 14.09.2013 
HA EMPEZADO el curso escolar 2013-2014 y lo ha hecho con los mismos problemas que el curso anterior, pero agravados.
La política de recortes y ajustes sigue provocando cierre de aulas escolares, precariedad del profesorado, imposibilidad de desarrollar programas educativos, aumento de ratios, insuficiencia de equipamientos escolares… La Educación Pública sigue siendo la gran perjudicada. Cada uno de estos problemas da para escribir un artículo, pero quiero centrarme en el tema de los comedores escolares.
La realidad es que, en estos momentos, hay 6 centros públicos que no han podido abrir el comedor porque no llegan a los mínimos 11 comensales que establece la normativa, que hay un descenso generalizado de usuarios que como media es del 30%. Hay un dato irrefutable. La plantilla de monitores/as de comedores escolares para este curso es justamente la mitad que la del curso pasado.
Todo ello está motivado por la política ultraliberal que siguen PP y PAR, que consideran que el comedor escolar no tiene nada que ver con el gasto educativo, que no es un derecho de la ciudadanía y que no tienen ninguna obligación de garantizar el comedor escolar nada más que al alumnado que, por necesidades de la planificación educativa, es desplazado. Es, también, consecuencia de esa forma que tiene la derecha más reaccionaria de abandonar sus obligaciones y responsabilidades en manos de la caridad y la beneficencia. Es, igualmente, el resultado de ese afán, profundamente antisocial, de desmantelar y destruir toda la red de protección social que, en 40 años de democracia, se había tejido. El drama es que esta política golpea, de manera más dura y salvaje, a los más necesitados, a los que margina y excluye el sistema social y económico que marcan los mercados y que, obedientemente, sigue nuestro Gobierno.
Hay una primera reflexión que hacer. Un Gobierno democrático que se precie debe considerar, como prioridad absoluta, que ningún niño o niña pase hambre. Sabemos que, hoy en día, hay escolares que la única comida que pueden hacer es la que hacen en el colegio. Habría otras consideraciones que tienen que ver con la nutrición adecuada y el rendimiento escolar, pero hoy sólo destaco que el Gobierno que da prioridad a pagar a los bancos no considera prioritario que todos los niños y niñas, al menos una vez al día, coman.
Siento vergüenza cuando veo a un Gobierno, en este caso al de Aragón, incumplir gravemente su responsabilidad social y sus obligaciones y condenar a la ciudadanía más vulnerable a la desprotección social.
Sólo así se entiende la forma indecente que ha tenido el Gobierno PP-PAR de excluir de la convocatoria de ayudas para comedor escolar a todo aquel escolar que viva en una familia cuya renta familiar sea superior a los 533 euros al mes.
La convocatoria no es para ayudar. Fija el nivel de esa renta en el año 2011. No deja aportar documentación que justifique la situación económica real en 2013. Es de cínicos. De 2011 a 2013 hay 20.000 parados y paradas más, han pasado de 30.000 a 45.000 las personas que han agotado el desempleo y los subsidios y no se les deja acreditar que hoy, en 2013, sus rentas familiares no llegan ni a esos 533 euros mensuales.
La convocatoria es para excluir. De entrada excluye y margina a gente que sufre la pobreza. Todos los organismos internacionales reconocen la pobreza cuando los ingresos personales, no familiares, no llegan a los 613 euros.
Quedan, también fuera, quienes no pueden presentar la solicitud en persona. Sólo se permite hacer la petición por vía telemática como si las nuevas tecnologías estuvieran accesibles para todo el mundo y, especialmente, para quienes sufren la pobreza y la exclusión social.
El objetivo es muy claro. Recortar el gasto, dejar fuera a la mayor cantidad posible de gente y atender las imposiciones que le marcan desde Bruselas.
El sonrojo es mayor cuando vemos las ayudas adjudicadas, las sumamos, y comprobamos que mientras hay niños y niñas que no pueden ir al comedor escolar porque sus familias no pueden pagarlo, hay 322.000 euros que, aunque están presupuestados para becas de comedor, se quedan en el cajón.

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